Los síntomas que presenta una persona y que le generan malestar emocional, emergen en el proceso de darle un significado a la experiencia que está viviendo, y tienen por tanto un significado personal para el cliente. Dicho de otra manera, el síntoma molesta, pero a la vez se ha aprendido a vivir con él.
Respetamos el síntoma, es decir, no buscamos "eliminarlo", más bien procuramos que éste deje de tener sentido para el cliente, a través de un proceso de "reconstrución personal".